La misión de llevar la buena noticia de Jesucristo a todos los pueblos le exige a la Iglesia dedicar una atención especial al tema de la educación. La educación es un ministerio de servicio al hombre y al mundo. Proceso dinámico que dura toda la vida de la persona y de los pueblos. Recoge la memoria del pasado, enseña a vivir hoy y se proyecta hacia el futuro. Por esto, la presencia de la Iglesia en la educación es indispensable en la Nueva Evangelización.
El objetivo de toda educación genuina es humanizar, personalizar y socializar al ser humano, orientándole eficazmente hacia su fin último que trasciende la finitud esencial del hombre. La educación resultará más humanizadora en la medida en que se abra a la trascendencia, es decir, a la verdad y al Sumo Bien y al bien de las sociedades
El propósito fundamental de toda educación es ayudar a cada ser humano a hacerse persona y miembro de una sociedad. Esto implica la participación de diferentes actores: la personas individuales, familiares, y de la iglesia juntos. St. John está aquí para ayudarle en sus esfuerzos para crecer en la fe, tanto como individuos y como familia.